Posted by : Luis Enrique Alvarado martes, 11 de agosto de 2009

Con este articulo inicio una serie de escritos sobre los Profetas y Apóstoles Bíblicos, al ver lo que estamos viviendo como Iglesia ante el surgimiento del movimiento profético y apostólico moderno lleno de falacias y revelaciones extra bíblicas me hizo recordar a los ministros antiguos.

Se imaginan…

Jeremías: Oh pueblo de Israel, pueblo del Dios único y altísimo, escucha la voz de tu Dios por medio de su siervo….

Dios te dará la victoria sobre todos tus enemigos, porque el te ha escogido, Dios te prosperara y esta nación es tuya, tu la conquistaraaaaas!!!

La nación es tuya, solo tómala, tómala, tómala, es tuya créele a Dios!!!

Aunque ciertamente Jeremías dio palabras de aliento al pueblo la mayoría de sus PROFECIAS, de sus mensajes eran VIOLENTOS, algo que el pueblo no quería oír

Jeremías 1:7-9
Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande.

No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová.

Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca.

Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.


Matthew Henry
Los que tienen mensajes que entregar de parte de Dios no deben temer el rostro del hombre.
Por una señal el Señor dio a Jeremías el don según era necesario.
El mensaje de Dios debe ser entregado en sus propias palabras.
Sea lo que sea que piensen los sabios o políticos del mundo, la seguridad del mundo se decide según el propósito y la palabra de Dios.

Indudablemente muchos en Judá soñaban con la aurora que terminaría la noche de degeneración moral que ya había durado 60 años. Jeremías creció en un hogar sacerdotal piadoso.

Su nombre, “Yahvéh exalta” o “Yahvéh derriba”, bien puede simbolizar las plegarias de sus padres para la desconsolada nación y sus aspiraciones para el joven Jeremías.

A su tiempo le comunicarían su ansiedad por las persecuciones religiosas y las apostasías de Manasés y Amón, lo educarían en las leyes de Israel, y llenarían su fértil mente con las enseñanzas de Isaías y otros profetas del siglo anterior.

En 604 a.C.a.C. antes de Cristo Nabucodonosor saqueó la ciudad de Ascalón, contra la cual Jeremías (47.5–7) y Sofonías (2.4–7) habían profetizado juicio.

En Jer. 36.9ss se proclama un ayuno en Judá. Indudablemente esto hace resaltar la inminencia de una calamidad nacional; y efectivamente, la fecha de la campaña de Nabucodonosor coincide con la fecha de este ayuno en Judá.

Jeremías anticipó que, de Ascalón, Nabucodonosor avanzaría sobre Judá; por ello se llevó a cabo el ayuno y se proclamó en Jerusalén el mensaje de Jeremías.

Pero la política del profeta se oponía a la estrategia interna y externa de Joacim.

El rey favorecía costumbres idolátricas (2 R. 23.37), y su egoísmo y vanidad agravaron los problemas de Judá (Jer. 22.13–19).

Joacim tenía poco respeto por la persona del profeta (26.20–23) o su mensaje (26.9).

Tres años más tarde se rebeló contra Babilonia, pero su fracaso hizo más completo el yugo babilónico sobre su reino, lo que exacerbó la angustia de Judá (2 R. 24.1s).


Jeremías reprendió al rey, a los profetas y a los sacerdotes, y la hostilidad que engendró esta reprensión se refleja en sus mensajes.

Fue perseguido (12.6; 15.15–18), objeto de intrigas (11.18–21;18.18), puesto en prisión (20.2), declarado merecedor de la muerte (26.10s,
24;), compárese vv.vv. versículo(s) 20–23; 36.26).

Sus profecías escritas fueron destruidas (36.27).
Pero en estas tristes circunstancias Jeremías persistió en su ministerio, intercediendo por Judá (11.14; 14.11;17.16), razonando con Dios (17.14–18; 18.18–23; 20.7–18), desenmascarando a los falsos profetas
(23.9–40), prediciendo la destrucción del templo (7.1–15) y la nación (caps. 18s), y lamentando el destino de su pueblo (9.1; 13.17; 14.17).

Finalmente la vida de Joacim terminó violentamente en Jerusalén a fines del 598 a.C.a.C. antes de Cristo, en el undécimo año de su reinado, como lo había predicho Jeremías (22.18; cf.cf. confer (lat.), compárese 2 R. 24.1ss). Por otro lado, 2 Cr. 36.6s habla de la captura de Joacim por Nabucodonosor, que lo encadenó para llevarlo a Babilonia. Dn. 1.1s también habla del exilio de Joacim en el 3º año de su reinado.

La personalidad de Jeremías es la más agudamente descrita de todos los profetas del Antiguo Testamento.

Sin duda no sería exagerado decir que a fin de entender lo que el Antiguo Testamento quiere decir con el término profeta es necesario estudiar el libro de Jeremías.

Su llamamiento, su vocación como portador de la palabra de Dios, la autoridad que esto le confirió, la forma en que le fue revelada dicha palabra, su clara distinción entre el verdadero y el falso profeta, su mensaje y los dramáticos dilemas en los que se vio envuelto a causa de su fidelidad, están todos delineados en sus mensajes con una autoridad irresistible.

Ello se debe a la correlación entre la experiencia espiritual y emocional del profeta y su ministerio profético.

Aun en sus conversaciones se exhiben claramente sus emociones.

Del contenido de su predicación resulta evidente que Jeremías fue un hombre de marcados contrastes.

Al mismo tiempo fue gentil y tenaz, afectivo e inflexible.

En él contendían las debilidades de la carne con las energías del espíritu.

Al profeta le fueron negadas las aspiraciones naturales de la juventud.

Insistió en el arrepentimiento de un pueblo incapaz de contrición alguna.

Desenmascaró los pecados de su pueblo y comunicó su juicio, sabiendo que todo sería inútil.

Aquellos a quienes amaba lo odiaban.

Aunque fue un patriota leal, fue considerado un traidor.

Este profeta de esperanza sin límites tuvo que exhibir la falacia de las esperanzas de su pueblo.

Este intercesor sacerdotal fue obligado a no interceder más.

Este amante de Judá fue calumniado por su propia nación.
DICCIONARIO CERTEZA

Jeremías 20:8
Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día.

Que diferencia tan grande podemos ver con los profetas modernos que solo llenan su boca con halagos, que solo profetizan bienestar, crecimiento y poder!!!

Pero del pecado NO hablan, no advierten, son mudos y sordos, solo los mueve el amor al dinero y a la fama.

Cuidado Iglesia, abre tus ojos, no todas las señales son de Dios, recuérdalo!!!

Dios les bendiga.

2 Responses so far.

  1. David says:

    ¿ Te han profetizado algo a ti ?

  2. Anónimo says:

    escelente articulo de esos profetas habran en esta epoca?

    Saludos

Gracias por vernos!

Gracias por vernos!

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