Posted by : Luis Enrique Alvarado lunes, 25 de mayo de 2009

La revista "National Geographic" publicó hace unos años, un artículo sobre algo sucedido después de un incendio en el Parque Nacional Yellowstone de los EE.UU.

Después de sofocado el fuego empezó la labor de evaluación de daños, y fue entonces que al ir caminando por el parque, un guardabosques encontró una ave calcinada junto al pie de un árbol, en una posición bastante extraña, pues no parecía que hubiese muerto escapando o atrapada, simplemente estaba con sus alas cerradas alrededor de su cuerpo.

Cuando el impactado guardabosques la golpeó suavemente con una vara, tres pequeños polluelos vivos emergieron de debajo de las alas de su madre, quien sabiendo que sus hijos no podrían escapar del fuego, no los abandonó.

Tampoco se quedó con ellos en el nido sobre el árbol, donde el humo sube y el calor se acumula, sino que los llevó, quizás uno a uno, a la base del árbol y ahí dio su vida por salvar la de ellos. Es increíble esta historia, lo que uno puede hacer por amor y esto me recuerda el Salmo 91 sin duda alguna.

Salmo 91:4
Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro

Lo que hizo esta ave es algo que muchos seres humano no hacemos, dar la vida, cuidar a los nuestros, cuanta gente no busca el aborto como una opción fácil, y esta ave dio su vida por salvar la de sus hijos.

Si un ave pudo cuidar a sus polluelos, que pasara si confiáramos completamente en Dios, si poneos nuestra confianza en el, acaso no valemos más que las aves del cielo.

Deuteronomio 32:11
Como el águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas

¿Qué fue lo que hizo Jesús en la Cruz?
¿Acaso con sus brazos extendidos en esa cruz no recibió todo el fuego que nos iba a consumir a nosotros? En la cruz recibió todo el castigo que nosotros merecíamos, así como esta ave cubrió bajo sus alas a sus polluelos del fuego, así Jesús con sus brazos extendidos nos cubrió del fuego de la ira, de la paga de nuestros pecados, de la muerte eterna, el sufrió nuestro castigo por amor, que miserable es el hombre cuando se niega a recibir este amor tan inmenso.

Es el deseo de Dios que todo hombre pueda recibir este amor y esta nueva vida que nos ofrece por medio de su hijo amado, y aun para nosotros que ya conocemos de este inmenso amor, tenemos que buscar nuestra santificación y siempre estar agradecidos por este inmenso amor incondicional que mostro Jesús en esa cruz sangrienta.

Dios les bendice


Gracias por vernos!

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