Y todos los cristianos respondemos al unísono: "Sí, estamos listos". Pero, ¿listos para qué?
¿Será que aquellos que nos decimos cristianos y sólo nos dedicamos a calentar las bancas los domingos y a vivir junto con, acompañando a y actuando como el mundo, estamos listos para llegar a la patria celestial? ¿Y el arrepentimiento? ¿Los frutos como evidencia de aquella salvación comprada por Cristo? ¿Y la demostración de la renovación que se supone debemos vivir día a día?
Y todos los cristianos respondemos al unísono: "Sí, estamos listos".
Pero, ¿listos para qué?
¿Será que aquellos que nos decimos cristianos y sólo nos dedicamos a calentar las bancas los domingos y a vivir junto con, acompañando a y actuando como el mundo, estamos listos para llegar a la patria celestial? ¿Y el arrepentimiento? ¿Los frutos como evidencia de aquella salvación comprada por Cristo? ¿Y la demostración de la renovación que se supone debemos vivir día a día?
Bien preguntas Luis Enrique, ¿estamos listos?
Que Dios te siga bendiciendo.
Sólo agrego una cita bíblica como referencia a lo que comenté previamente: Mateo 7:15-20